Mar. 19. Mar 2024, Santa Fe - Argentina
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EMPRESA (DE SEGURIDAD) TODO-TERRENO

EMPRESA (DE SEGURIDAD) TODO-TERRENO

Todo-vale para el poder anglosajón...

MILANO-ITALIA  (PrensaMare)  En los últimos tiempos el imperio ha ido efectuando ciertos cambios, buscando mejorar su imagen mundial y tratando de bajar costos.

Ya se sabe… el ser imperialista insume ciertos gastos…

Por ello Washington va armado “delegados” militares, regionales, buscando salir del medio de conflictos, dejando que otros paguen los costos. Eso si: deben cumplir sus ordenes, recibir sus asesoramientos, y comprarles equipamiento militar a ellos… Es bueno proclamar la paz, pero ello no significa tener que reducir el trabajo y poder del complejo militar estadounidense.

Es así como la criminal monarquía Arabia Saudi asumió el papel de “delegado”, y lleva adelante el genocidio en Yemen.

Mientras tanto, en esa política de (mínimos) cambios, EEUU ha ido tomando a la actividad privada como una herramienta opcional a ciertas actividades militares. El mejor ejemplo de ello es lo que haca la empresa (USA) de mercenarios, Blackwater, en Irak.

Una empresa que presta sus servicios con “soldados privados”, dedicados a atacar, defender, secuestrar, torturar, asesinar e imponer el terror (si es necesario). Una imitación clara de lo que las tropas USA realizan fronteras afuera.

Una Blackwater contratada por el Pentágono, que cumple a rajatablas las tareas que le encomiendan, y que cuenta con “protección” como “buenos ciudadanos estadounidenses” en el mundo.

Se sabe que estos grupos de mercenarios han actuado ya en otros sitios del mundo, y que ya lo hacen –también- en Ucrania. Y los resultados deben resultar satisfactorios para el Pentágono, pues ya han sido “convocados” para Venezuela.

Desde la misma empresa (por consejo pentagoniano…?), se han ofrecido a “cooperar” en suelo venezolano. La “propuesta” es la de de instalar en ese país sudamericanouna fuerza irregular de más de 3.000 mercenarios para que luchen “por la libertad” (¿?).

El tema es gravísimo, y público (¡). Tanto que una agencia internacional de noticias como Reuters se ha ocupado del tema en un artículo. Allí habla de “4 a 5 mil hombres”., golpistas.

Una “propuesta” que necesitaría de comienzo de unos 40 millones de dólares, según el “empresario” Erik Prince, que conduce la firma de mercenarios.

Se trata de un personaje impresentable, exmarine, que ha realizado importantes aportes a la campaña electoral de Donald Trump, y que está llevando adelante   (¡) con multimillonarios golpistas de EEUU y de Venezuela.

El tema es de una gravedad mundial pocas veces observadas en el mundo, y que demuestra el descaro con que el poder empresarial mundial opera; lo han hecho antes, en épocas de dictaduras, y lo hacen ahora, cuando el Consenso de Washinton ha proclamado las virtudes y ‘necesidades’ de la democracia para todo el mundo.

Blackwater no es una empresa de improvisados, ni trabaja “de apuro”. Por ello cuenta con un registro de mercenarios sudamericanos, dispuestos a prestar su “capacidad”, para acciones golpistas y criminales.

La empresa constantemente convoca y recibe interesados en sumarse, y su área de “recursos humanos” (vaya ironía…), registra, selecciona y reserva según sus necesidades. Para Irak necesitaron –además de los estadounidenses-, árabes; y los consiguieron. Para Ucrania necesitaron centro-europeos (y ucranianos, lógicamente), y los poseen. Ahora, para esta aventura sudamericana buscan hispanoparlantes.

Buscan que ellos puedan mimetizarse y mantener una relación de ‘amistad’ con los venezolanos.

Quién es Erik Prince…? Un millonario, que obtuvo una importante suma de millones de dólares luego que su madre vendiera la empresa autopartista (que había creado su padre). Su hermana forma parte del poder trumponiano: es Betsy DeVos. La cuestionadísima Secretaria de Educación de Donald Trump.

Fue propuesta por el presidente en febrero de 2017. Cuando su nombramiento fue tratado en el senado generó tanta oposición, que a la hora de votar, debió desempatar (a su favor) el mismísimo vicepresidente Mike Pence. Se trató de una de las peores nominaciones que hizo Trump en su extensa carrera de cuestionados funcionarios.

Con el dinero en mano, Prince adquirió un terreno en Virginia, donde comenzó a desarrollar Blackwater; una agencia de seguridad privada, transformada en una banda legalizada de mercenarios.

Los escándalos de Blackwater en Irak lo llevaron a que la vendiera en 2010, aunque inmediatamente creó Blackwater USA. Una firma dedicada a la comercialización de silenciadores, cuchillos, y municiones. Tras un tiempo, y cuando ya todos lo conocían en su nueva actividad, decidió cambiar el nombre de la fima, a la que denominó: Academi.

Y allí comenzó con una mutación (o ‘retorno’ a sus orígenes). Porque estableció la sede empresarial en los Emiratos Arabes Unidos. Allí fue contratada para darle forma al aparato de inteligencia emiratí.

Es así que fue expandiendo sus actividades imitando a la original Blackwater: porque Academi aparece en las peores acciones criminales que “los aliados” (liderados por Arabia Saudi) cometen en la invadida Yemen.

Inclusive estuvo “evaluando” la propuesta de invadir Catar, cuando peor era el momento político y diplomático de este país con los sauditas.

Como se puede observar un hombre de firmes convicciones pasan los años y sigue siendo todo un marine.