Jue. 28. Mar 2024, Santa Fe - Argentina
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SE FUE UN GRANDE DE LA CULTURA: PINO SOLANAS

SE FUE UN GRANDE DE LA CULTURA: PINO SOLANAS

SANTA FE-ARGENTINA  (PrensaMare)  Su situación de salud era delicada. Y la peor noticia se conoció. En París (Francia) muruío el argentino Fernando Solanas. Esta internado con coronavirus.

Político para muchos (y es verdad), pero hombre de la cultura desde siempre. Fundamental en el cine nacional, el documental y la ficción, la realización y la producción que era más reconocido en el ámbito internacional que en su propio país.

El ‘pecado’ suyo fue el haber sido peronista. Lo que no le permitió que el establishment, los culturosos, la progresía derechosa y los medios hegemónicos lo reconocieran.

Fue premiado en grandes festivales internacionales como en Berlín, Cannes y  Venecia. Toda su filmografía se relacionó con Argentina, y sin embargo los ‘dueños de los “cultura oficial”, siempre lo discriminaron u objetaron.

Le tocó pagar por el mismo ‘pecado’ que le endilgaron a Leonardo Fabio, Hugo del Carril, Antonio Tormo, Tita Merello...

Fue un militante de la cámara y también como político, cuando le tocó ocupar cargos legislativos.

Para miles y miles de argentinos, su film La hora de los hornos (1968) resultó formativa y revolucionaria. Ahora deberá conocerse la inédita Tres en la deriva del caos (2020).

Otras obras mayúsculas fueron (a nivel cultural) Tangos – El exilio de Gardel (1985) y Sur (1988), en los primeros años del retorno democrático. Fue un buscador, un rupturista, un rechazante del ‘orden establecido’ por la conformidad culturosa.

Nacido en Olivos (provincia de Buenos Aires), el 16 de febrero de 1936. Era una familia de clase media, simpatizante de la Unión Cívica Radical. Inició estudios en Abogacía y de Letras; también de piano y composición musical. Al final se enrola y egresa en 1962 del Conservatorio Nacional de Arte Dramático.

En esa década de 1960 abraza el peronismo. Sus primeros trabajos fueron 2 cortometrajes: la ficción Seguir andando (1962, que participó del Festival de San Sebastián), y Reflexión ciudadana (1963, una irónica crónica sobre la asunción presidencial del radical Arturo Illia, con el peronismo prohibido).

Pero a vez, por una lógica necesidad de conseguir recursos comenzó a hacer cortos publicitarios. Alguna virtud tendría, pues en 3 años hizo… 400 cortos publicitarios. Consiguió recursos, pero a la vez le abrió el conocimiento en música, sonido, fotografía, y montaje. Con parte del dinero obtenido en esa atapa afrontó y llevó adelante uno de los filmes más importantes e influyentes de la historia del cine latinoamericano: La hora de los hornos.

En el año 1963 había conocido a Octavio Getino. En 1966 iniciaron la realización de La hora de los hornos, pero se produjo el golpe militar de Juan Carlos Onganía. Ello los llevó a filmar en la clandestinidad, porque no podían contar con las estructuras de producción convencionales o ‘normales’, sino por la persecución dictatorial.

Su cine era un cine liberador; como un acto de cultura para la toma del poder. Lo que planteó La hora de los hornos fue un cachetazo a la ‘normalidad’ de los cines estadounidense y europeo. Ambos, una muestra de la pedencia.

La película fue estrenada en Italia, en el Festival de Pesaro en junio de 1968. Se llevó el premio mayor y sacudió la modorra culturosa, y se transformó en un acontecimiento político y cultural.

La película se conoció luego de los sucesos de Francia, de lo que algunos pretenden ‘vender’ como un hecho revolucionario de estudiantes franceses. El “mayo francés” se iría apagando al carecer de esencia. La hora de los hornos por el contrario fue sirviendo para fortalecer la llama liberadora que comenzaba a expandirse por América.

Esa imagen fija de la cara del Che Guevara asesinado (un año después de este crimen) al terminar la primera parte, conmocionó. Se comenzó a pensar en un Che vivo donde el filme se oponía a todo el poder comunicacional occidental.

La hora de los hornos constaba de tres partes que sumaban 4 horas 20 minutos de duración. Clandestinamente se veía en sindicatos o sitios donde se podía proyectar en Argentina; pero además, recorría el mundo.

Luego los dos cineastas –Solanas y Getino- dan nacimiento al Grupo Cine Liberación, que sumó al realizador Gerardo Vallejo, el productor Edgardo Pallero y el crítico Agustín Mahieu, entre otros. De allí surgen los documentales: Actualización política y doctrinaria para la toma del poder, y La revolución justicialista (entrevistas a Juan Domingo Perón en su residencia del exilio en Madrid).

Durante la democracia, tras la asunción del peronismo (mayo de 1973), Solanas se arriesga a una visión peronista del Martín Fierro. Es así que se conoce (en 1975), Los hijos de Fierro. Se trata de los descendientes de aquel gaucho rebelde, transformados en los obreros peronistas (perseguidos).

Muestra la transformación de aquel héroe individual y solitario en uno con que es actor colectivo. Su filme se conoció una década más tarde, pues la ultraderecha de la ‘triple a’ –primero’- y la dictadura de 1976-1983-, impidieron su proyección.

Solanas estuvo exiliado. Ese dolor lo llevó a crar años más tarde Tangos – El exilio de Gardel (presentada en la Mostra de Venecia 1985), donde se llevó el Gran Premio del Jurado. En el filme, el propio Solanas es interpretado por Miguel Angel Solá.

En 1988, su nueva producción: Sur, recibió el premio a la mejor dirección en el Festival de Cannes 1988. Solanas decís de su obra: “Sur es un viaje: de la prisión y de la muerte a la libertad; de la dictadura a la democracia; de la noche y la niebla al amanecer”.

Luego vendrán El viaje (1992) y La nube (1998). Hasta que llega Memoria del saqueo, que fuera Oso de Oro a la trayectoria en la Berlinale 2004. Y seguirían: La dignidad de los nadies (2005), Argentina latente (2007), La próxima estación (2008), Tierra sublevada: Oro impuro (2009), Tierra sublevada: Oro negro (2010), La guerra del fracking (2013), El legado estratégico de Juan Perón (2016) y Viaje a los pueblos fumigados (2018).

En ellos aparecen la historia popular, la necesidad de la lucha, la resistencia popular, la potencialidad científica, el abandono del ferrocarril (para comunicar y progresar), la codicia extractivista multinacional, las enseñanzas de Perón, los agrotóxicos…

Un grande de la cultura Un grande del compromiso; un grande de la militancia por la liberación.