Mar. 19. Mar 2024, Santa Fe - Argentina
Notas

QUIÉN GOBIERNA EN BRASIL...?

QUIÉN GOBIERNA EN BRASIL...?

SANTA FE-ARGENTINA  (PrensaMare)  El jueves 2 de marzo PrensaMare publicó el artículo “El coronavirus excusa para sacar a Bolsonaro…?”.

Parecía una exageración; sin embargo, la información colectada estaba bien orientada. Porque hoy el mundo se ha anoticiado que Jair Bolsonaro ‘reina pero no gobierna’. Por lo menos en lo que refiere a la problemática de la pandemia.

Lo cierto es que los mandos militares le han informado al presidente Jair Bolsonaro que quien ejercerá la conducción del Poder Ejecutivo será su ministro jefe de la Casa Civil, el general Walter Braga Neto.

Este hombre llegó a su cargo en febrero, desde la jefatura del Estado Mayor del Ejército. Fue todo un avance del poder militar que ya venía preparando un re-posicionamiento ante la manifiesta ineptitud de Bolsonaro.

En un comunicado del 31 de marzo (rubricado por el ministro de Defensa, Fernando Azevedo e Silva y los comandantes del Ejército, la Marina y la Aeronáutica), se anunció la nueva forma de gobierno: "En cuanto dure la situación de crisis (por el impacto del Coronavirus) el Presidente Operacional de Brasil será el general (Walter) Braga Neto".

Para esta nueva etapa se dispuso una suerte de "Estado Mayor" en las sombras. Para llegar a esta decisión los mandos militares efectuaron innumerables consultas, reuniones y análisis con ministros y comandos militares.

Hoy por hoy es Braga Neto quien conduce las políticas del Palacio del Planalto sobre el Coronavirus. Una suerte de "Presidente Operativo" (¡).

Se ha dicho desde los medios que lo que se busca con esta decisión es ‘preservar’ a Bolsonaro, ante sus errores y ataques políticos desde diferentes sectores. Un intento justificativo poco creíble. Inclusive Bolsonaro rechazó la cuarentena que habían apoyado los gobernadores de los 27 estados brasileños. Y ahora Braga Neto adopta medidas contrarias a lo que pretendía el mandatario.

Esta maniobra cuenta con el incondicional apoyo de la embajada de EEUU. Los sucesos de los últimos tiempos en Perú, Bolivia, Uruguay y El Salvador demuestran que esta es la línea que se baja desde Washington, para garantizarse unas “democracias militarizadas”.