Jue. 28. Mar 2024, Santa Fe - Argentina
Opinión

EL DÍA DESPUES (Manuel J. Gaggero)

EL DÍA DESPUES (Manuel J. Gaggero)

CÓRDOBA-ARGENTINA  (por Manuel Justo Gaggero)  Elisee  Reclus, filósofo anarquista del Siglo XIX señalaba que todo proceso insurreccional o revolucionario tiene “su día después” en el que se ordenan o se transforman los objetivos planteados. Esta conclusión la extraía de lo que pasó en París luego de la Comuna en 1848. En nuestro caso y, en relación con el ”Cordobazo”, habría que hablar de las horas finales de ese día.

Al empezar la tarde de ese 29 de mayo de 1969 la ciudad estaba bajo el control de los trabajadores, de los estudiantes y  el pueblo que habían puesto en fuga a las fuerzas policiales. El interventor militar, Carlos Caballero, se había refugiado en los cuarteles del Tercer Cuerpo de Ejército y los dirigentes  de la movilización Agustín Tosco, Elpidio Torres, Atilio López, José  Francisco Páez y René Salamanca, reunidos en el Sindicato de Luz y Fuerza, evaluaban la situación y los pasos a seguir. El encuentro se interrumpió con la llegada  de algunos compañeros que en las barricadas cercanas a la unidad militar observaron los aprestos  de las tropas aerotransportadas que se preparaban para “restablecer el orden” como anunciara el Dictador Juan Carlos Onganía por la cadena nacional de radio y televisión.

Al mismo tiempo, aviones de la Brigada Aérea, con asiento en la base de Plumerillo y en la existente en las afueras de ésta, realizaban vuelos rasantes arrojando volantes en los que instaban a los manifestantes a abandonar las barricadas y a retirarse a sus domicilios. Los estudiantes, que ocupaban el Barrio Clínicas y la Ciudad Universitaria, se preparaban, por su lado, para resistir colocando pasacalles en los que recordaban a los caídos Pampillón, Cabral, Bello y Mena; asesinado ese día. Al ocultarse el sol y, en las primeras  horas de la noche, el personal militar bajo el mando del General Sánchez Lahoz ingresó en el casco urbano disparando con munición gruesa y destruyendo, con los blindados, las espontáneas barricadas con las que se trataba de detener su paso.

Al mismo tiempo eran allanados los locales sindicales con gran violencia y detenidos los dirigentes que he nombrado anteriormente y decenas de activistas que eran sometidos a Consejos de Guerra y condenados a severas penas para luego trasladarlos a penales federales en el sur del país. Los francotiradores espontáneos, que sin organización alguna, disparaban a las tropas con armas rudimentarias eran abatidos por el fuego cruzado de estas. A medianoche ya se contaban por decenas los muertos y por centenares los heridos.

Al día siguiente la ciudad amaneció paralizada y el Ejército seguía “combatiendo” los últimos bastiones de la resistencia. En todo el país se organizaron movilizaciones y paros en solidaridad con los trabajadores, estudiantes y el pueblo todo de la  “Docta”. Por su parte el Consejo Directivo  de la C.G.T de los Argentinos declaró el estado de alerta y comenzó a organizar un paro general. En nuestra ciudad -Paraná- realizamos actos relámpagos en diferentes lugares organizados por el Frente Único de Resistencia –FUR–  y convocamos, con otras organizaciones gremiales y estudiantiles y el apoyo de dirigentes de los partidos democráticos a una marcha del silencio en repudio a la represión y en homenaje a las víctimas.

La misma fue multitudinaria y entre los presentes se encontraba el director  del  matutino “El Diario”, Arturo Etchevehere, un nutrido grupo de curas del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo, dirigentes radicales como Eduardo Solari y Luis Brasesco, el profesor José Venturino, que había participado  de una reciente reunión en Madrid con Perón y activistas de todas las corrientes políticas.

Más de 10 mil personas, portando antorchas, expresaron su repudio al gobierno militar. La misma concluyó con la lectura de un documento que estuvo a cargo de nuestra compañera Graciela Schiro; militante de nuestra corriente y dirigente del Centro de Estudiantes de Ciencias de la Educación.

Los sucesos de Mayo y en particular el “Cordobazo” abrieron un debate en la militancia popular y se empezó a poner en primer plano la necesidad de articular organizaciones revolucionarias que ejercieran la violencia del pueblo frente a la de los opresores. De alguna forma el fallido intento de los compañeros de las Fuerzas Armadas Peronistas -FAP-  que intentaron abrir un frente guerrillero en Taco Ralo liderados por Envar El Kadri, Néstor Verdinelli  y Amanda Peralta sacudió a todos los que suscribíamos la concepción guevarista al interior del peronismo o fuera de él.

Por otro lado, la acción de una organización que se autodenominaba Fuerzas Armadas de Liberación –FAL– integrada por disidentes de la Federación Juvenil Comunista que el 5 de abril de ese año asaltaron y ocuparon el Arsenal del Regimiento de Infantería Patricios en la Unidad Militar de Campo de Mayo, nos interpelaba firmemente.

De esta forma, hace 52 años, en un mes de mayo comenzaban a gestarse los acontecimientos que luego convertirían a nuestra Patria en el escenario de la búsqueda y concreción de las utopías revolucionarias.

(Manuel J. Gaggero, Abogado y periodista. Ex Director del diario “El Mundo” y de las revistas “Nuevo Hombre” y “Diciembre 20”. Este relato forma parte de los recuerdos que integran el Primer Tomo de  “Un Viaje Hacia las Utopías Revolucionarias” de Gaggero, editado por la Editorial “De la Comarca”).