Mar. 16. Abr 2024, Santa Fe - Argentina
De todo

MURIÓ EL GENOCIDA Y CONDENADO ETCHECOLATZ

MURIÓ EL GENOCIDA Y CONDENADO ETCHECOLATZ

SANTA FE-ARGENTINA (PrensaMare)  Murió el criminal –genocida- y condenado Miguel Osvaldo Etchecolatz. Sinónimo de la dictadura cívicomilitar (1976-1983).

Jamás se arrepintió de sus acciones y hasta se consideró hacedor de acciones Superiores: “Fui ejecutor de una ley hecha por los hombres. Fui guardador de preceptos divinos”.

Agregando que lo repetiría: “Por ambos fundamentos, volvería a hacerlo”.

Tenía 93 años y cumplía sus condenas en una cárcel común. Aunque a él poco y nada le interesara, era receptor del repudio generalizado desde amplios sectores de la sociedad argentina, como hasta de su propia familia.

Nacido el 1 de mayo de 1929, estaba alojado en la Unidad 34 de Campo de Mayo desde casi el inicio de la pandemia. Su situación de salud hizo que últimamente estuviera en la clínica Estrada de la localidad de Merlo, internado en terapia intensiva. El 27 de junio fue llevado al Sanatorio Sarmiento (le colocaron un marcapasos).

Entre 1976 y 1979, Etchecolatz estuvo al frente de la Dirección General de Investigaciones de la Policía bonaerense (fuerza que conducía Ramón Camps). Tuvo bajo su órbita 20 centros clandestinos de detención, tortura y exterminio (CCD); las mujeres embarazadas allí retenidas daban a luz y les quitaban sus hijos o hijas.

En 1979, pidió la baja después de más de 3 décadas en la bonaerense, a la que había ingresado en 1947. Luego se sumó al área de seguridad de Bunge & Born. En abril de 1986 fue apresado por orden de la Cámara Federal, que lo terminaría condenando a 23 años de prisión por los crímenes cometidos en la órbita del llamado Circuito Camps. Desde la prisión se identificó a favor del alzamiento de Semana Santa (1987). Lo liberó la Corte Suprema y volvió a la seguridad privada.

Tras la caída de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida se pidió que le revocaran la prisión domiciliaria porque tenía un arma en su casa. Así lo hizo el tribunal que presidía Carlos Rozanski.

Jorge Julio López...

Fue secuestrado –por primera vez– el 27 de octubre de 1976. Etchecolatz participó en ese operativo. Declaró ante la justicia que él mismo comandó la matanza de cuando asesinaron a los militantes de la unidad básica Juan Pablo Maestre. Su testimonio fue fundamental para demostrar que Etchecolatz daba las órdenes y actuaba. Etchecolatz recibió su primera condena a prisión perpetua el 19 de septiembre de 2006. Un día antes, López desapareció.

Con el gobierno...

De Mauricio Macri, logró salir de la cárcel. El 27 de diciembre de 2017, Tribunal Oral Federal (TOF) 6 le otorgó la prisión domiciliaria y paso a vivir en su chalet en el bosque Peralta Ramos (en Mar del Plata). Ese mismo año, Mariana –quien se reconoce como su exhija– dijo que marchó contra su expadre genocida cuando la Corte habilitó el beneficio del 2x1 para los criminales de lesa humanidad.

La Cámara Federal de Casación...

Revocó la decisión del TOF 6 y Etchecolatz volvió a prisión. Allí estuvo hasta ahora, purgando 7 condenas a prisión perpetua dictadas desde que se reabrieron los juicios:

·         La del 2006

·         La del Circuito Camps

·         La de La Cacha

·         La del caso Favero

·         La de Cuatrerismo y Brigada de Güemes

·         La de la Brigada de San Justo y

·         La del Pozo de Arana.

Este siniestro personaje murió condenado y cumpliendo sus condenas en cárcel común. Ello fue posible por la lucha de la sociedad.

Mientras tanto...

Era juzgado por los crímenes cometidos en 3 centros clandestinos que estaban bajo su órbita –los “Pozos” de Banfield y de Quilmes y el “Infierno” de Avellaneda-.

A todo ello sus silencios significaron su convencimiento en el sentido que los desaparecidos debían seguir siéndolo. Estaba convencido de ello y al no hablar continuó defendiendo su ‘pensamiento’ y accionar.

Posiblemente nadie lo llore; nadie le lleve una flor a su tumba; apenas tendrá el recuerdo de quienes piensan igual que él, que –a viva voz o en silencio- defienden su criminal accionar.