Jue. 28. Mar 2024, Santa Fe - Argentina
Editorial

FMI: FRENTE DE TODOS; Y AHORA QUÉ...?

FMI: FRENTE DE TODOS; Y AHORA QUÉ...?

SANTA FE-ARGENTINA  (por Rodolfo O. Gianfelici, PrensaMare)  Ya está; el acuerdo con el FMI se cerró (diferencia más, diferencia menos). A partir de ahora Alberto Fernández deberá ir reduciendo de manera continua, progresiva y creciente su referencia a lo que Mauricio Macri le dejó.

Desde que comunicó el acuerdo -en adelante-, no tiene excusa. Es más: quien gobierne a partir del 2023, aludirá a lo que Alberto Fernández le dejó (ni siquiera se acordará de Macri...).

Por estos días pareciera que uno es reiterativo o que se suma alegremente a la inmensa cantidad de ‘expertos’ económicos que se han expandido como hongos. Sin embargo, no es así. Desde PrensaMare hemos sido claros durante años y mantenemos la coherencia (lo cual no es poco en medio de la reinante cultura zaping).

Por ello, vamos a tratar de ser sintéticos y de citar lo que consideramos los puntos destacados en medio de una ofensiva informativa que (claramente) des-informa.

·         1. Memoria: Néstor Kirchner (y Cristina Fernández) tomaron la decisión política de cancelar la deuda con el FMI. No se le dio ningún portazo: se le pagó lo que se le debía. Lo que –debemos reconocer- otorgó una cierta independencia política, económica y financiera.

·         2. Destrucción: Mauricio Macri asumió a fin de 2015 con la misión de imponer a fuego y espada el más duro de los capitalismos. Y vaya si lo logró...

·         3. Defaults: Macri, tras fracasar con su plan económico en 2018 recurrió al FMI para evitar que estallara el país. Al marcharse en diciembre de 2019 dejó el país en virtual default. Con el agravante que en 2022 el país debía pagar 19.000 millones de dólares de deuda, y en 2023, se elevaba a 20.000 millones...

·         4. Pandemia: Para peor, el mundo conoció la aparición del coronavirus, que literalmente paralizó al país, agudizando las necesidades y urgencias sociales y prácticamente sin recaudación (y con vencimiento fechados).

·         5. Emergencia: El gobierno mostró su mejor virtud y reacción, enfrentando la pandemia dentro de ‘un todo’ extendido en el tiempo, y privilegiando la salud. Sin lugar a dudas su mejor (y único) logro político y administrativo.

·         6. Odio: Desde la misma asunción, el gobierno peronista debió afrontar la política de odio desde la derecha y el neoliberalismo conducido por Cambiemos (Juntos por el Cambio) y los medios hegemónicos de comunicación.

·         7. Urgencia: Quienes abrieron la puerta al FMI y tomaron la escandalosa deuda (junto a los medios) llevaron adelante una política de desgaste, descreimiento, y debilitamiento contra el gobierno en la negociación con acreedores externos y el FMI.

·         8. Golpismo: Fue claro que el objetivo de la derecha y el neoliberalismo fue el de lograr el desplazamiento del ministro de Economía Martín Guzmán. Pretendían un ‘acuerdo a las apuradas’, aceptando todas y cada una de las exigencias fondomonetaristas.

·         9. Acuerdo 1: El gobierno logró cerrar un acuerdo con acreedores privados, que significó una importante reducción de la deuda, superior a los 30.000 millones de dólares, baja del interés, y extensión en plazos de pagos.

·         10. Debilidad: El poder de negociación argentino era prácticamente nulo, donde el FMI aprovechaba que el ‘frente interno’ argentino, estaba totalmente debilitado ante la posición de la oposición derechista y neoliberal (a favor de los intereses de dicho organismo).

·         11. Negativa: El FMI estaba al corriente que en la mesa de negociación no existía ningún deseo argentino de plantear la ilegalidad de la deuda; mucho menos el denunciar internacionalmente la maniobra Macri-FMI. Con lo cual los negociadores argentinos descartaron una importante herramienta de presión, que hubiera servido de ‘ejemplo’ (e imitación?) para otros países (obligando al FMI a negociar sin tanto poder).

·         12. Tiempo: En el FMI sabían que el acuerdo “estaba al caer”, pues el gobierno argentino carecía de opciones, tenía fechas de vencimientos de pagos, y a ello agregó la gira presidencial, donde en uno de los destinos (China) le exigirían –previo a cualquier intento de conversación sobre inversiones o financiamientos-, ‘mostrar’ el acuerdo cerrado con el FMI...

·         13. Acuerdo 2: Fernández, como Martín han informado que el acuerdo alcanzado no implicará ajustes, ni cumplimiento de exigencias privatizadoras o de reformas laborales.

·         14. Conclusiones: Terminada la fase negociadora e iniciada la de la aplicación del ‘acuerdo’, han quedado como conclusiones: Que el acuerdo se finalizó por decisión política de Joseph Biden (tras el viaje del canciller Santiago Cafiero). Que el FMI lejos de ‘re-pensar’ o efectuar una autocrítica a su accionar (con Macri), actuó de manera extorsionadora. Que la oposición derechista y neoliberal (PRO, UCR, CC, ARI...) cumplió a rajatablas su papel antinacional y antipopular como aliados del FMI (junto a los medios hegemónicos). Que el presidente evitó dureza negociadora, como el default.

·         15. Nación: Nuevamente el peronismo se puso al frente de un gravísimo problema heredado, y como lo ha hecho históricamente ha buscado la forma de hallar una solución, como lo hiciera en 1973, 1989, 2001 y ahora, en 2019/2022. En todos los casos, los responsables de haber llevado al país a una situación límite fueron la derecha, el liberalismo, el anti-peronismo, los radicales y el neoliberalismo.

·         16. Realidad 1: Dentro del planteo negociador fijado por Alberto Fernández, puede concluirse que el acuerdo es “el mal menor” que ha logrado obtener. Lo que no significa que ello sea lo que piensan o sienten amplios sectores sociales (peronistas y no-peronistas); y posiblemente este hecho sea el detonante de consecuencias en el interior del Frente de Todos.

·         17. Realidad 2: El acuerdo condiciona el presente y el futuro del país y de generaciones. Lo único que puede afirmarse como cierto es que el mismo ha oxigenado la gobernabilidad, y el sostenimiento del sistema democrático.

·         18. Futuro 1: Exceptuando el tema sanitario de la pandemia, el gobierno prácticamente no puede mostrar ningún ‘triunfo’ ante la sociedad. Lo cual, ante los condicionamientos del acuerdo, agravaban sus posibilidades de llegar al 2023 con posibilidades de obtener un triunfo presidencial y legislativo. Ello significará que el peronismo habría gobernado (2019-2023), para abrirle la puerta nuevamente a la derecha y el neoliberalismo... (una suerte de bipartidismo encubierto...?).

·         19. Futuro 2: Si el peronismo no puede brindar respuestas satisfactorias a los reclamos de la sociedad (y a la derecha y al neoliberalismo ello no le preocupa), resultará evidente que las soluciones de los problemas estarán pendientes. Por ende, esos reclamos sociales se acrecentarán y agravarán. Con lo cual, lo único cierto será que el acuerdo (firmado por Fernández) no habrá servido para otra cosa que posponer los problemas, habiéndose perdidos varios años.

·         20. Crudeza 1: Pese a que duele, deben realizarse ciertos reconocimientos a esta realidad, “única verdad”: El acuerdo ha sido un nuevo ceder de soberanía; los controles trimestrales impiden que el gobierno pueda tener tiempo para realizar ‘readecuaciones’ o ‘acomodamientos’; los no cumplimientos a las pautas del acuerdo ‘justificarán’ que el FMI exija cambios (y dureza) logrando su objetivo de imponer un plan similar al que quería Mauricio Macri; los ajustes están ‘a la vuelta de la esquina’; el riesgo de avanzar hacia un default está mucho más cerca de lo que los optimistas gobernantes piensan; el gobierno mantuvo la misma política (que la derecha y el neoliberalismo) de ignorar la fuerza social argentina, descartando de plano la movilización popular (para reforzar su poder negociador); Néstor Kirchner en su momento canceló la deuda (pagó) con el FMI porque su poder político se lo permitía; porque la realidad política interna e internacional eran otras; porque crecía la economía; porque generaba política y estaba a la ofensiva; y porque el Banco Central disponía de dinero suficiente como para respaldar sus acciones; los controles fondomonetaristas trimestrales servirán para que la oposición neoliberal y derechista y los medios hegemónicos lancen constantes ‘operaciones’ de prensa contra los (posibles no) “cumplimientos” del acuerdo; el acuerdo no garantiza (cómo lo va a hacer el FMI) avance de respuestas a la deuda social, redistribución del ingreso, recomposición de los salarios, control sobre los poderosos formadores de precios...

·         21. Crudeza 2: Respecto al gobierno nacional puede afirmarse que, superado el primer mes del 2022, todavía ‘no arrancó’ (¡). Funciona a reacción y no con acción; corre detrás de los problemas (excepto –repetimos- en lo pandémico); desconoce las necesidades de amplios sectores sociales; en medio de la pandemia, anuló el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE); manejó mal los tiempos negociadores con el FMI; creyó en un ‘abuenamiento’ (¿?) de dicho organismo; los principalísimos funcionarios nacionales se ‘sorprendieron’ por el resultado electoral de las legislativas del 2019; siguen mostrando total desinterés por la potencialidad del peronismo; evidencian una ‘superioridad’ de conducción política similar a la que –en su época- caracterizó a la Coordinadora Radical (recordar cómo terminaron...); se ilusionan que el acuerdo con el FMI abrirá la puerta a inversiones y ello generará reactivaciones (mágicas?) que servirán para responder a las demandas sociales...

Y ahora...?

Bueno, ese es el gran interrogante. Historicamente está demostrado que nada puede construirse sin el pueblo como protagonista. Si se tienen en cuenta la actual administración (2019-2022) y el acuerdo sellado con el FMI, se debe concluir –lamentablemente- en que el futuro es negro. Que el voluntarismo y las ilusiones de los bienpensantes, los gestionadores, los administradores, los socialdemócratas, los socialcristianos no alcanzan para transformar (si se desea...) sociedad alguna. Porque en el fondo, por más buenas intenciones y honestidad que se busquen mostrar, se trata de máscaras nuevas, delante de viejas caras.

Por Argentina ha pasado el peronismo; ignorarlo es olvidarse de su historia y de la historia grande de la Patria.